¡Desnaturalizar y desaprender!
Conociendo a Sasha, seguro que ya te explicó que no todo lo que sucede a nuestro alrededor es porque sí. Ese dispositivo de sexo-raza tiene mucho que ver con la forma en la cual nos entendemos entre nostrxs y cómo nos entendemos a nosotrxs mismo. ¿No es así?
Sí, ya me ha contado. La verdad, estoy impresionadx. Ya voy entendiendo un poco por qué ni yo me entiendo. La verdad, es que tal vez hace unos días, yo también los hubiera visto a ustedes dos raro.
Pasa Charli, pero una vez que inicias a ver, debes seguir comprendiendo. No te puedes conformar con vivir así, ¿no creen?
No, no, definitivamente que no. A ver, te cuento un poco de lo que yo he aprendido Charli. Empecemos con este video:
Ahora, lee los siguientes mensajes:
En la invasión de América nace la idea de «raza» para que los conquistadores europeos pudieran separarse de las poblaciones originarias a quienes se les negó el estatuto de seres humanos y partir de esto, justificar la explotación y el despojo de sus bienes, cultura, sexualidad, saberes y forma de vivir. Este modelo de relaciones sociales basadas en la creencia de la «raza» apenas se ha visto alterado. Se han impuesto patrones de belleza y de conducta. Se nos ha hecho creer que ser bello es tener piel, cabellos y ojos claros y que mientras más nos parezcamos a ese ideal, seremos superiores.
Lo explicado, es evidente en estos comentarios y testimonios:
“¡Hay que casarse con un extranjero para mejorar la raza!” “Yo deseaba un nieto canche, ¿Cómo es posible que no haya salido así?” . “Mija eres muy bonita para meterte con un maxcuil” .“Lo primero en lo que hay que fijarse antes de empezar una relación es en el apellido”.
Cuando estuve en nivel medio, tenía una compañera que me decía: “Mirá, no te vayas a conseguir un indio que sea más pequeño que tú, que sea algo indígena como le decimos, porque cómo vas a creer que uno va a andar así. A mí en mi casa me dicen: Tenés que conseguir un hombre que sea más alto, que sea mejor, de buena familia, no uno de esos que venden en el mercado, cargador y todo eso”.
Ella, mi amiga, siempre me decía así. Lo irónico de la vida es que a veces esas personas terminan con un tipo así, con las personas que no quiere su familia. Yo veo ahorita a mi amiga con alguien que no quería estar. Igual en mi familia, así pasó con mi prima. Mi tía no lo quería porque decía que era indígena y sí, era cierto. Llegaron hasta un punto que se peleó la familia. Ella no asistió a su boda y cómo se puede sentir uno de hija cuando su madre no asiste a su boda. Igual, cuando ella salió embarazada y tuvo su nena, no tuvo quién fuera a verla, pero después viene el arrepentimiento, aunque a veces sea demasiado tarde, pero se pierden momentos valiosos”.
Mujer universitaria de Jutiapa, Guatemala
Pregúntate:
- ¿Cómo hubieras actuado tú?
- ¿De qué manera esa idea de “blancura” nos ha condicionado para actuar con otras personas?
- ¿Qué se puede hacer frente a esto?
También, se puede evidencia en los conocimientos ancestrales, tómate un tiempo e investiga de dónde vienen cada uno de ellos:
- Los conocimientos sobre las plantas y su relación con la producción de medicamentos.
- Los conocimientos sobre las plantas y su relación con la nutrición y la agricultura.
- Los conocimientos de la energía para el tratamiento de padecimientos sicosomáticos.
- El manejo del O como base para la programación de computadoras.
- Los conocimientos astronómicos y su relación con el conteo del tiempo y la agricultura.
- Los tratamientos aplicados en el tratamiento de los dientes y su relación con la ortodoncia.
- Los conocimientos sobre astrofísica y su relación con la construcción.
- Los conocimientos sobre la red de la vida y la salud materno-infantil.
- Los conocimientos matemáticos e históricos en la producción de tejidos.
- ¿Cuáles son los fundamentos del conocimiento occidental y del conocimiento ancestral?
- ¿Cuál es el impacto de la manera de hacer ciencia y producir tecnología desde el conocimiento occidental y desde el conocimiento ancestral?
- ¿Qué tipo de conocimiento es el certero y por tanto válido de universalizarse por encima de los demás?
- ¿Qué pasa con quienes producen conocimientos al margen de lo que se considera “científico”?
La ciencia, como búsqueda de la verdad, ha seguido ciertos parámetros que delimitan y articulan dicha construcción del conocimiento. Dependiendo de la época y del lugar en donde se construye el conocimiento, ciertas formas de pensamiento son constituidas como modelo, esto es, un paradigma. Los paradigmas científicos son los modelos ideales a través de los cuales se determina qué se debe conocer, cómo se debe conocer y porqué se debe conocer. El modelo de construcción del saber que se denomina paradigma científico es eurocéntrico, pues fue en Europa en donde a la búsqueda del saber verdadero, universal e invariable, se la denominó ciencia. El paradigma de la ciencia moderna centroeuropea trata de imponer una forma de construir el saber, de conocer. Además, categoriza a los grupos humanos y a las prácticas sociales en primitivas e irracionales o en civilizadas y racionales. Incluso, algunos autores recurren a categorías racistas y machistas para construir su conocimiento. Esto se da porque muchos de los conceptos bases del paradigma científico moderno tienen esencia racista y machista establecida en la Colonia, por ejemplodeterminan que solo el hombre blanco europeo era capaz de pensar científica y filosóficamente. Un ejemplo claro de esto son los escasos nombres de mujeres científicas antes de la primera mitad del XX y mientras más al pasado se vaya en la historia europea, la participación de las mujeres en la construcción del conocimiento científico institucionalizado, pasa de escasa a casi nula.
También hay ideas de belleza construidas
En el momento histórico de la Invasión de América nace la idea de “raza”. Esta idea fue construida socialmente para clasificar a las personas según sus rasgos físicos y desempeñó un papel fundamental para que los conquistadores europeos pudieran separarse de las poblaciones originarias, a quienes se les negó el estatuto de seres humanos y, a partir de esto, se justifica la explotación y el despojo de sus bienes, cultura, sexualidad, saberes y forma de vivir. A partir de allí, la blancura es un atributo deseado. Tener piel blanca, ojos y cabello claros son características que les dan a los cuerpos superioridad, tanto en capacidad intelectual como en atractivo físico, idea aún vigente. Es una construcción que expresa dominio colonial. Desde esta idea de blancura, se han impuesto patrones de belleza y de conducta de cómo nos vemos a nosotrxs mismxs y nos relacionamos con las demás personas. Se nos ha hecho creer que ser bellx es tener piel, cabellos y ojos claros y que mientras más nos parezcamos a ese ideal, seremos superiores. De esa cuenta se produce la tendencia de “mejorar la raza” a través de un proceso de blanqueamiento. Como una forma de escapar de nuestra condición racial. En este modelo ocurren alianzas matrimoniales con el interés de mantener o mejorar la raza.
- ¿He escuchado frases en mi familia que refuercen estas ideas? (Por ejemplo: “mejorar la raza”, “¡Qué bueno que salió canchito!”) ¿Qué relaciones de poder se dan detrás de estas frases?
- ¿De qué manera esta idea de “blancura” se da en nuestras relaciones en nuestro establecimiento educativo?
Para algunxs estudiosxs, la categoría de la raza es real; para otrxs, es una construcción social. Sin embargo, podemos afirmar que la raza es una ficción semiótico material. Es decir, es el efecto de prácticas culturales que tienen consecuencias materiales en los cuerpos. La raza, entonces, es una ficción política, porque socialmente se ordenan distintos grupos, asumiendo (con fundamentos “científicos”) que hay grupos superiores a otrxs. La ficción de la superioridad racial se encarna en los cuerpos y detona formas desiguales de vivir y morir. Estos signos indican en “qué lugar” está cada unx según al grupo al que pertenece. Todxs estamos, queramos o no, en un grupo u otro.
Racismo y sexualidad en el pasado y presente de Guatemala
Al problematizar la raza se pretende tratar el tema desde una revisión crítica y no desde una definición del concepto. Cuando se define la raza se cierra la posibilidad de interrogarla y complejizarla. En este sentido, se pretende también problematizarlo de manera local, es decir, no tratarlo como un concepto universal útil para explicar el racismo en todos los lugares y para todos los tiempos.
Hablar de racismo aquí y ahora en Guatemala no es para propagar discursos condenatorios, curativos, de polarización de la sociedad (víctimas y victimarios) o de búsqueda inmediata de un paraíso libre de conflictos. Se habla de racismo aquí y ahora para verlo como un sistema que estructura nuestras vidas y nuestras relaciones en nuestras comunidades, en el diario vivir. De aquí, que interesa la revisión de la construcción social, cultural e histórica de la raza.
Cuando se habla de racismo, comúnmente, se simplifica el problema al pensar en dos grupos sociales definidos y confrontados. Un grupo dominante y otro, dominado. Un grupo de victimarios y otro, de víctimas. Un grupo que agrede y otro, agredido. En esta imaginación social, lo que hay es una polarización de la sociedad en términos presuntamente raciales. Cuestionar esta polarización y este modo simple de abordar el racismo no es negar que, efectivamente, esta polarización pueda tener lugar en la realidad social. Sin embargo, se hace más interesante preguntar de dónde viene tal polarización a través de interrogantes como, por ejemplo: ¿este binario ladino/indígena siempre ha existido? ¿Qué mecanismos de poder han constituido esta dicotomía? ¿Cuál es la conexión entre la raza y el poder?
Una de las formas de poder que articulan las relaciones sociales en Guatemala es la del racismo. Su complejidad y persistencia en nuestro presente invita a una reflexión profunda y a la continuación del debate en torno a su complejidad, de modo que se puedan comprender los mecanismos y la conexión con las historias pobladas de violencia, de exclusión y de despojo y la manera en que “rige” las vidas, las relaciones y la sexualidad de todxs nosotrxs.
La categoría de la raza ha habitado a lo largo del tiempo las historias de violencia, exclusiones y desigualdades en Guatemala. La raza es una habitante fluctuante en nuestros relatos de salud y degeneración, de civilización y barbarie, de lo normal y lo patológico, de quién merece vivir una vida digna y quién ha de vivir en condiciones precarias y de mayor vulnerabilidad. Al decir, lo anterior, no se quiere fundamentar la polarización, de la que se ha hablado, sino dar cuenta de cómo la raza ha producido también ese binomio para justificar esas vivencias diferenciadas. Hay que problematizar esa polarización para comprender la estructura de poder que la crea, se forjan los imaginarios sociales y los códigos con los que producimos las relaciones sociales en nuestras vidas cotidianas.
El estatuto otorgado a la raza por investigadores e investigadoras de diversas disciplinas ha variado, desde haberlo definido como algo tan “natural”, es decir, como una costra pegada o confundida con el cuerpo, hasta negar completamente su existencia; es decir, considerarlo tan “ficticio” pues, al parecer, carece de materialidad en el cuerpo del ser humano.
Cuando se dice que la naturaleza de la raza se define a través de la blancura, lo que se está diciendo es que tiene existencia empírica y se registra de ese modo. De ahí, que muchos consideren la blancura como un ideal, como una contenedora de la pureza racial, mientras que aquello que no es pensado como blancura conduce a la degeneración de la raza. En tales términos, se comprende entonces que la blancura es vista como una mejora de la raza y pasapor un modo de administrar la sexualidad, mientras que aquello considerado indio o negro es inmediatamente desechado por degenerante. De allí, la contradicción, pues si la raza no tiene materialidad constatable, ¿por qué hay racismo? No obstante, tampoco se puede justificar la existencia del racismo exclusivamente porque la raza se la encuentra en el “cuerpo natural”.
Desde esta problematización, algunas preguntas que se pueden formular al respecto para profundizarla reflexión sobre el racismo:
¿Debe existir la raza materialmente para entenderla como parte de nuestra historia de violencia y despojos? ¿Si tuviera realidad empírica sería más tratable, comprensible, desmontable? ¿Si fuera un invento, sería menos violento? ¿Nos importaría menos? ¿Y si fuera una mezcla de realidad y ficción? Aquello que no está pero que nos regula, establece los modos de percibir la realidad, los deseos, la manera de relacionarnos entre todos y el modo de producir una determinada sexualidad. ¿Cuál es el rol de la pureza de sangre? ¿Cómo esa pureza, “un origen común y preciado”, opera y es reactivada en las historias pasadas, presentes y futuras? ¿Cómo podemos comprender esta categoría como productora de una realidad, una sociedad, una sexualidad y una dicotomía?
Recordemos que a la llegada de los “españoles”, ellos formaban un grupo, pero no se registraba necesariamente como un grupo homogéneo, es decir, no había una comunidad de iguales entre ellos. El planteamiento que podemos proponer es que ellos se empezaron a registrar como tales, es decir, como iguales, ante la presencia de quienes ellos consideraron “sus otros”. Esta diferenciación viene de una diferenciación reciente dada en la experiencia de vida en la península ibérica.
Un poco antes de finalizar el siglo XVI, en lo que ahora es España, se dio un hecho que produjo una diferencia entre el cristiano viejo y el converso (el recién convertido al cristianismo). La alianza matrimonial entre Felipe II de Aragón e Isabel I de Castilla, los reyes católicos, había profundizado el cristianismo en la provincia ibérica, expulsando a judíos y musulmanes. De ahí viene la diferencia entre el cristiano viejo y el converso, aquel expulsado que se convertía al cristianismo para seguir habitando la península. En este contexto, los españoles que invadieron estas tierras venían con esa idea de la diferenciación. Una capacidad de producir grupos homogéneos para diferenciarse de ellos.
Al encontrarse con los habitantes de estas tierras; quienes estaban organizados en señoríos, cacicazgos, etc., algunos con buenas relaciones, otros con relaciones complejas y antagónicas; percibieron un grupo homogéneo y lo etiquetaron como diferente del suyo. Se puede decir, que, al momento de la invasión, estos habitantes “originarios” fueron embolsados bajo una misma denominación: los indios. De allí la indianización del habitante de estas tierras se convirtió en un mecanismo de producción del diferente. Es decir, la producción de un grupo homogéneo que difería del grupo “español”. Se comprende que la producción de una cierta homogenización del español se consolidó a partir de percibir al indio no solo como otro, sino como otro que es inferior al español. Otro con quien no ha de mezclarse, en términos utópicos, pues en la realidad, la mezcla entre españoles e indios fue una práctica común, intencional o no.
La distinción del indio era básicamente por sus costumbres no cristianas católicas. Por eso, al principio, la presencia del indio produjo una primigenia interrogante sobre él mismo. ¿Tiene alma este habitante? Un alma que lo ha de convertir en humano. Esta pregunta cristiana se traslada a una pregunta sobre la humanidad del indio. La duda sobre su alma plantea la pregunta: ¿el indio pertenece a una especie animal o a la humanidad creada por el Dios de los cristianos?
Esta duda, a pesar de su aparente resolución, marcó un destino para el habitante nativo. Si bien es cierto que no se convirtió en esclavo (técnicamente, pues en la realidad fue tratado como esclavo) debido a que se concluyó con que tenía alma y que, por lo tanto, es humano, hubo una degradación de su humanidad desde ese momento, pues nunca fue considerado igual al español. Se puede decir que se le otorgó una media humanidad o que su humanidad fue a medias. Este modo de sujetarlo hizo que se justificara su despojo, pues en el régimen colonial, estos indios tuvieron que trabajar para los españoles, fueron convertidos en sirvientes y despojados no solamente de sus tierras, sino de su propia producción y de sus energías.
La idea de la raza se convirtió en un marcador del cuerpo del indio, un cuerpo degradado, un cuerpo incompleto, un cuerpo infantil, el cual hay que madurar. De allí que se requerían mecanismos de control de esos cuerpos. Estos mecanismos tales como el requerimiento, la encomienda, la repartición y el mandamiento controlaron, disciplinaron y explotaron a los “colonizados” a fuerza de trabajo y evangelización. Este marcaje del cuerpo del indio fue un sello importante para justificar la degeneración, la infantilización y, por consiguiente, la necesidad de ser tutelado y gobernado.
Como se ha mencionado arriba, los grupos clasificados homogéneamente por la colonia se mezclaron, intencionalmente o no. De este modo, se fueron dando más mezclas y así fueron diferenciados los cuerpos, depende de con quienes se formaban alianzas y relaciones. Aun así, prevaleció la idea binaria que separaba cuerpos contenedores de la pureza racial y cuerpos contenedores de la degeneración. Se produjo así un sistema de castas que se puede ver en la imagen siguiente de Wikipedia:
Desde finales del siglo XVIII, aparece un nuevo modo de administrar todos los cuerpos considerados degenerados. Surgió una especie de utopía, la cual consistía en mejorar la raza. Se divulgó un discurso sobre el ideal de la blancura, el cual había que internalizarlo imaginariamente. Desde el siglo XIX se produce un nuevo discurso, pues ya no solamente había que llevar en el imaginario la mejora racial, sino ahora había que realizarlo en la vida cotidiana. De allí, la preocupación por alcanzar la blancura a través de la idea del mejoramiento. Había que mejorar la raza a través de la inoculación de la sangre pura en los cuerpos degenerados.
Ya en el siglo XX, surge la idea del problema del indio, ¿qué hacer con el indio? Recordemos que desde la invasión hasta el “fin” de la colonia, han pasado tres siglos. A lo largo del tiempo, el imaginario social estaba bastante “colonizado” por la idea de la mejora racial, distanciándose del sistema colonial de castas. Es así como Miguel Ángel Asturias abogará por la idea de intervenir el cuerpo del indio a través de hacer fluir sangre nueva en su cuerpo agotado y degenerado. Asturias escribe que “la única forma de destruir el mal consiste en la inmigración, la sangre nueva por la que fluyan corrientes renovadoras que resarzan la fatiga de sus sistemas”. Es decir, que la considerada raza india ha de ser salvada por la sangre del emigrante de “raza blanca”.
En cuanto a la actualidad del racismo, la podemos problematizar desde la idea de la mejora de la raza. Si bien es cierto, que en Guatemala ha habido “esfuerzos antirracistas” para contener, de algún modo el problema, esta contención no ha sido posible. Con estos esfuerzos se han producido textos y acciones concretas a través de la penalización jurídica, la política pública contra la discriminación y el racismo, observatorios del racismo, campañas antirracistas y demás; estos esfuerzos no han producido un efecto sustantivo en la transformación social.
El problema es que muchos de estos esfuerzos han sido fundamentados desde el multiculturalismo, el cual es una estrategia que despolitiza el racismo, pues neutraliza el problema al otorgarle un estatuto de igualdad a los grupos étnicos, inmovilizándolos bajo etiquetas esencialistas. Es decir, se da una clasificación de los grupos a través de la etnia, neutralizando la idea de la raza y brindado un reconocimiento positivo a las comunidades indígenas, sin tocar de fondo el problema estructural e histórico del racismo.
Una investigación realizada por un equipo de AVANCSO plantea la hipótesis de que el proceso de producción de la subjetividad, es decir, los modos en que “uno llega a ser lo es” tiene una relación estrecha con una pirámide racializada de la sociedad a través del deseo de la blancura. Es decir, que el proceso por el cual llegamos a ser lo que somos se vincula estrechamente con nuestras historias de vida cotidiana y la producción de nuestros deseos, desde un imaginario colonizado. El blanqueamiento es un proceso que se ha venido considerando como un deber ser. A través de este mecanismo se ha venido desplegado un conjunto de prácticas para producir sujetos que desean la blancura. Esta blancura está vinculada no solamente con el “color” de la piel, sino con prácticas sociales, culturales y simbólicas que parecieran formar parte del “ser” blanco en Guatemala.
Te invitamos a escuchar el peritaje de Marta Elena Casaus sobre racismo:
Pregúntate:
- ¿Cuáles eran los principales prejuicios del criollo sobre la población indígena durante la época colonial? ¿Qué relación existe entre la raza y poder en esos prejuicios?
- ¿Qué es el racismo?
- ¿Cómo se manifestó el racismo durante la época colonial?
- ¿Cómo consideraron las élites de poder a la población indígena en el Siglo XIX?
- ¿Cómo consideraron las élites de poder a la población indígena durante el conflicto armado interno?
- ¿Qué es el genocidio? ¿Cuáles son los criterios para identificarlo?
- ¿Cuáles fueron los argumentos de las políticas genocidas en el Siglo XX?
- ¿Cómo los prejuicios racistas se han manifestado contra las mujeres?
- ¿Qué relación existe entre los prejuicios raciales existentes a lo largo de la historia de Guatemala y las condiciones de vida de mujeres y hombres que no forman parte de las élites de poder?
- ¿Qué consecuencias han tenido los prejuicios raciales en la conformación del Estado de Guatemala y nuestra participación ciudadana?
- ¿Qué consecuencias han tenido los prejuicios raciales en las formas de relacionamiento docente-estudiante, docentes-autoridades y en los contenidos educativos?
Las desigualdades económicas, sociales y culturales son elementos constitutivos de la sociedad, y se manifiestan en las formas de relacionamiento cotidiano. Al final, estas desigualdades garantizan que unos grupos tienen superioridad sobre otros.
Te pongo un ejemplo:
- ¿Por qué existe solo un idioma oficial? ¿Qué implicaciones tiene esa decisión?
- ¿Has escuchado esta frase: “idioma español y lenguas indígenas”? ¿Qué diferencia existe entre “idioma” y “lengua”?
Varias personas lingüistas plantean que no existe una diferencia determinante. Sin embargo, la valoración social que se hace de “idioma” y “lengua” es diferente. ¿Por qué consideras que se da esto? ¿Qué relación tiene con la invasión española, la independencia y los gobiernos liberales? ¿Consideras que puede ser una manifestación de racismo? ¿Por qué?
La categoría de la raza marca las historias de violencia, exclusiones y desigualdades en Guatemala. Ha servido para catalogar a las personas y grupos humanos en función del color de la piel, marcados por un ideal de blancura, relacionado con la idea de “pureza de sangre”, lo civilizado, lo superior. Los cuerpos que se alejan de ese ideal, han sido desvalorizados, explotados e incluso considerados desechables. Esta blancura está vinculada no solamente con el “color” de la piel, sino con prácticas sociales, culturales y simbólicas que parecieran formar parte del “ser” blanco en Guatemala.
El actual orden social en Guatemala se basa en un sistema de privilegios y opresiones que se han construido socialmente, lo que significa que no son naturales. Este sistema de privilegios y opresiones se basa en ideas construidas a lo largo de siglos que han servido para ordenar jerárquicamente a las personas dentro de la sociedad. Algunas de las ideas más importantes que cumplen esta función de ordenar son las ideas de la raza y de sexo, que, junto con otras, se vinculan y entrelazan.
Con la invención de la idea de raza, vino también la creencia de que las personas blancas son más inteligentes, más bellas y dignas de admiración, mientras que las personas indígenas son tontas, necias y feas. Con la invención de la idea del sexo también vino la creencia de que a los hombres les pertenecen las características de la fortaleza, la innovación y la toma de decisiones; y que las mujeres en cambio son débiles, sentimentales y no aptas. Estos privilegios se suman al de la riqueza, ya mencionada. Así mismo, existen muchos otros privilegios, como el lugar en el que se vive o el idioma que se habla. Todo esto va formando un entramado de relaciones de poder que ordena a las personas en una jerarquía social de acuerdo con la acumulación de privilegios o de opresiones que posea.
De tal cuenta, un hombre blanco capitalino con dinero y estudios universitarios estará en una jerarquía social mucho más elevada que una mujer indígena rural y sin estudios. No porque por naturaleza sea así, sino porque es este orden social imperante en Guatemala el que demanda que así sea. Esto no quiere decir que las personas tienen un destino definido desde que nacen y del cual no pueden escaparse, sino más bien que los seres humanos nacemos en relaciones de poder establecidas previamente, que hay que reconocer con el objetivo de transformarlas.
Esta jerarquización es producto de la colonialidad y del colonialismo de género que se constituye como un sistema a partir de la invasión de América en el siglo XVI y que se ha prolongado, aunque de diferentes formas y a través de diferentes medios, hasta la actualidad.
Esta jerarquización ordena y, al hacerlo, excluye y marginaliza, lo cual provoca a su vez que las personas menos privilegiadas aún no sean consideradas vidas dignas de ser vividas ni sus muertes, sean muertes que merecen duelo.
Mira este video:
Reflexiona:
- ¿De dónde surgieron los términos indios y ladinos?
- ¿Cómo fue cambiando el significado del término ladino?
- ¿Cómo surgió el término indígena?
- ¿Quiénes han tenido más privilegios a lo largo de la historia del país?
- ¿Qué impacto ha tenido el sistema de privilegios instaurado desde la Colonia en las condiciones de vida y las posibilidades de participar en la toma de decisiones?
- ¿Cómo el sistema de privilegios instaurado en la Colonia persiste hasta nuestros días?
- ¿Cómo el sistema de privilegios por cuestiones de raza y sexo se manifiesta en las aulas?
Instituciones como la Iglesia, la escuela, el gobierno y la familia siguen reproduciendo el modelo de relaciones sociales basadas en la creencia de la «raza», el cual apenas se ha visto alterado.
En las últimas décadas, especialmente a partir de los Acuerdos de Paz, en Guatemala existen esfuerzos para analizar, entender, sancionar y eliminar, de algún modo, el racismo.
Los esfuerzos para contener el racismo incluyen producción de textos, penalización jurídica, la política pública contra la discriminación y el racismo, observatorios del racismo y campañas antirracistas.
El problema es que muchos de estos esfuerzos han sido fundamentados desde una visión que únicamente reconoce la diversidad y promueve una clasificación de los grupos a través de la etnia, y oculta la idea construida de raza y las relaciones de poder que implica en la vivencia diaria del racismo. A esto se le llama multiculturalismo, que es reconocer positivamente a las comunidades indígenas, ubicarlas en un contexto “armónico” en donde no se aborda el problema histórico del racismo.
Debido a la complejidad de la problemática del racismo, se requieren mecanismos también complejos para lograr efectos sustantivos y profundos, en el pensamiento y prácticas, hacia la transformación social.
Sin ir tan lejos, está todo lo que comprendemos y se nos enseña sobre identidad.
- ¿Qué significan las palabras identidad y cultura?
- ¿Cuál es la relación entre la identidad y la cultura?
- ¿Quiénes son las culturas que forman la sociedad guatemalteca?
- ¿Con qué cultura te identificas?
Observa la siguiente imagen:
- ¿Qué es lo primero que se te viene la mente al verlxs?
- ¿Qué cultura tienen (idioma, costumbres, valores, su relación con la tierra, tradiciones, formas de organización, expresiones artísticas, formas de producción de conocimientos, cosmovisión, etc.)? ¿Qué lugar tienen en la sociedad?
- ¿Qué diferencias existen en la forma de representar a cada identidad cultural en ese tipo de medios? ¿Qué diferencias existen en la forma de representar a las mujeres y a los hombres de cada cultura? ¿A qué se deben esas diferencias?
- ¿Qué culturas se valoran más y cuáles se valoran menos? ¿Cuáles son los argumentos que se han utilizado para explicar esas valoraciones?
- ¿Cómo se transmiten y reproducen esas ideas en el tipo de educación que recibimos y en la relación docente-estudiante?
En esta forma de representación armónica y estática de las diversas culturas, ¿De qué manera se ocultan las relaciones de poder entre ellas? ¿Y el racismo?
La identidad es un conjunto de rasgos propios de un individuo o una comunidad que lo caracterizan frente a los demás, y de los cuales se deriva una conciencia de individualidad y pertenencia.
La cultura es todo sistema simbólico de vida comunitaria. Abarca toda actividad o producción de un determinado grupo que comparte un territorio, un imaginario, una moral, valores, leyes, economía, tradiciones, practicas, gastronomía, arte, etc. Constituyen un sistema de organización y comportamiento de esa determinada sociedad.
Es evidente que en la construcción académica del término cultura existió una intención de clasificar los grupos humanos de acuerdo con diversos grados de desarrollo, medidos o definidos por los mismos académicos que presentaban a su propia cultura (la alemana, la francesa y la inglesa), como la más desarrollada, la más avanzada, la más humana. Esto derivó en la justificación de la supuesta superioridad de estas culturas con respecto de las demás culturas del mundo y justificó el despojo de los bienes materiales e intangibles de lasculturas colonizadas, su esclavitud y explotación. De igual forma, fueron clasificados como miembros de culturas atrasadas o primitivas, por lo tanto, no eran considerados humanos, sino bestias.
En la escuela se aborda la identidad así, revisa los siguientes documentos:
- Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas
- Modelo Educativo de Educación Bilingüe Intercultural
- ¿Qué tipo de actividades realizan los centros educativos para conocer y fomentar la valoración de la diversidad cultural (estampas folclóricas, mercaditos, reina de la independencia etc.)? ¿Con qué argumentos se justifican esas acciones?
- ¿Qué ideas racistas y sexistas existen detrás de estas actividades?
- ¿Cómo han influido ese tipo de acciones y actividades en las relaciones entre personas y comunidades de diferentes culturas en el ámbito educativo?
Identidad
Identidad: «Conjunto de rasgos propios de un individuo o una comunidad que lo caracterizan frente a los demás [y de los cuales se deriva una conciencia de individualidad y pertenencia]» . Se refiere a un tipo de categorización grupal, que nombra o designa la pertenencia a un grupo o conjunto. Esta caracterización está conformada por diversos rasgos simbólicos que se reconocen como constituyentes de cada conjunto identitario. Estos rasgos simbólicos suelen comprenderse como las características esenciales del conjunto, esto es, ciertas tipologías, que en su mayoría son prácticas comunes, comprendidas por el conjunto, como fundamentales y particulares de este, por lo que determinan su identidad. Son entonces los valores, creencias y costumbres que el conjunto identitario reconoce como propias. Por ser consideradas esenciales, designan la continuación de estas características como una igualdad que permanece como verdadera.
Las prácticas conforman una significación que el conjunto ordena en lo que puede llamarse: el modo habitar propio del conjunto. Siguiendo esta línea de pensamiento, las prácticas de una persona que se reconoce como perteneciente a determinada identidad, participan de esta construcción del sentido del habitar el mundo desde esa identidad. A su vez que, estas prácticas se dan desde ese particular modo de habitar el mundo, esto es, la práctica se da siguiendo el orden designado por la sistematización de significaciones que surge del reconocimiento de una identidad. Este sistema de prácticas con una significación ordenada a una identidad constituye tanto lo esencial del conjunto identitario, como su diferencia con respecto de otros conjuntos con otras construcciones de identidad.
Al ser la construcción comunitaria un modo específico de vivir, la identidad cohesiona el grupo a la vez que lo diferencia del resto de grupos. Comprendidas como esenciales, se consideran estas características como estables y determinantes; se define que no pueden cambiar, son constantes, se fijade esta manera una pretendida identidad del conjunto, que es reproducida por las personas que se reconocen como pertenecientes a este conjunto identitario. Las prácticas esenciales se instauran como necesarias a la existencia del conjunto identitario, a partir de su enseñanza y de su posterior institucionalización. Esto conlleva además un orden de las acciones, de tipo moral, que exige la reproducción de dichas prácticas. De esta manera, la identidad se institucionaliza como un sistema de significaciones normadas que determinan el actuar y con esto, el modo de vida de los integrantes del conjunto.
La identificación cultural es un derecho reconocido por el artículo 58 de la Constitución Política de la República de Guatemala. El cual indica que se reconoce el derecho de las personas y de las comunidades a su identidad cultural de acuerdo con sus valores, su lengua y sus costumbres. De hecho, es con la identificación ante otros grupos o ante instituciones del Estado que la identidad se institucionaliza y hasta se hace necesaria.
Para acceder a algún servicio, realizar algún trámite o simplemente ser reconocido como ciudadano es necesaria alguna identificación. De esta manera, la identificación inicia con hechos simples como la designación de un nombre para un recién nacido, el registro de este en un acta de nacimiento y demás documentos oficiales que registran las diversas categorizaciones que son asignadas a las personas.
El nombre, la nacionalidad, el género, la etnia constituyen las éticas fundamentales que las personas asumen como propias y desde las cuales se identifican con otras categorías más generales. En este sentido la identificación se da personal y como pertenencia a grupos. El sistema de convivencia social exige esta identificación a partir de esencias previamente establecidas, en la que las personas son educadas a apropiarse. Por esto, siempre habrá una identificación, ya sea personalmente asumida, grupalmente asignada o institucionalmente determinada.
Cultura
Cultura: Se refiere a todo sistema simbólico de vida comunitaria. El término abarca toda actividad o producción de un determinado grupo que comparte un territorio, un imaginario, una moral, valores, leyes, economía, tradiciones, practicas, gastronomía, arte, etc. Que constituyen un sistema de organización y comportamiento de esta determinada sociedad. El término proviene del latín cultura que significa cultivo o crianza y que designa a este ordenamiento de las prácticas que se <cultivan> o reproducen por una comunidad , trasmitiéndose de generación en generación.
El lenguaje, entendido no solo como el lenguaje articulado, sino como toda producción simbólica de sentido, es el fundamento de cada cultura, a partir de él se articula una visión particular de habitar el mundo, es decir una cosmovisión. Por lo que la cultura se constituye como una construcción de una comunidad de un modo de vivir particular en el mundo. Además, el lenguaje es medio por el cual la cultura se trasmite, se cultiva y reproduce, y de esta manera se desarrolla y permanece. En este sentido, la cultura es producida por todos los miembros de una comunidad, en el proceso de producción de su propia historia, en el cual se trasmiten y conservan de generación en generación su identidad y cosmovisión.
El término cultura se utiliza indistintamente para referir a diversos conjuntos humanos o conjuntos de prácticas y valores. Se utiliza entonces para nombrar desde grupos identitarios que se reconocen como tal o clasificaciones arbitrarias como cultura clásica, que refiere a un tiempo en un lugar específico, aunque son considerados especialmente la producción artística y los valores estéticos. Usos más contemporáneos del término lo simplifican aplicándolo a casi cualquier tipo de agrupación, como en el concepto de cultura organizacional.
La cultura es una metáfora que vincula, la significación antigua del término, como cultivar, con el desarrollar, y que se aplica a cualquier facultad, desde las intelectuales, las corporales, espirituales, etc. Este uso del término no es común sino hasta el siglo XVI, cuando es empleado en textos de académicos franceses y alemanes, quienes oponen cultura a civilización y a naturaleza. Esta diferenciación es, según autores como Enrrique Dussel , parte de la construcción académica de la supuesta superioridad cultural y civilizatoria de los centros europeos, a partir de la cual se justificó la colonización del mundo por los centroeuropeos, portadores de una supuesta cultura y civilización superior.
Autores como Samuel Pufendor afirmaban que el concepto de cultura “se refiere a todas las formas en la que los humanos comienzan a superar su barbarismo original y, a través de artificios, se vuelven completamente humanos”. Esto supedita el concepto de humanidad al de cultura, entre más desarrollada este la cultura más humano se es, menos bárbaro, menos natural .
A su vez, este desarrollo de la cultura estaba supeditado al desarrollo de las llamadas facultades racionales, de la razón entendida en términos centroeuropeos, es decir de una perspectiva cientifista y matemática, y expresada en idiomas europeos . Como consecuencia se llegó a considerar y, algunas personas aún lo hacen, que solo las personas pertenecientes a culturas desarrolladas son auténticamente humanos, mientras que los miembros de lo que se denomina culturas y civilizaciones primitivas o atrasadas, se encuentran más cerca de la bestia que de lo humano.
Es evidente que en la construcción académica del término cultura, existió una intención de clasificar los grupos humanos de acuerdo con diversos grados de desarrollo, medidos o definidos por los mismos académicos que presentaban a su propia cultura, la alemana, la francesa y la inglesa, como la más desarrollada, la más avanzada, la más humana. Esto derivo en la justificación de una supuesta superioridad de estas culturas con respecto de las demás culturas del mundo, y justificó el despojo de los bienes materiales e intangibles de estas culturas colonizadas, su esclavitud y explotación, por clasificarlos como miembros de culturas atrasadas o primitivas, por lo tanto, no eran considerados humanos, sino bestias.
Crítica al multiculturalismo
El multiculturalismo es una corriente que se basa en el reconocimiento de los derechos culturales de los diferentes grupos humanos que habitan el mundo y la valorización de sus identidades particulares. Parte del auto reconocimiento y revalorización de la identidad propia, la pertenencia a un grupo identitario, una cultura, para tomar conciencia de la cosmovisión propia de la cultura a la que se pertenece, valorar las producciones que la constituyen, su idioma, sus símbolos y valores. A partir de esta conciencia de propia identidad cultural se promueve el conocimiento de las diferentes culturas que conforman el país y las demás culturas que pueblan la tierra.
El multiculturalismo pretende que, a partir valorización de la identidad cultural propia, los sujetos sean capaces de reconocer la importancia de la diversidad cultural en el mundo globalizado, particularmente, que tomen conciencia de la riqueza cultural del país y sea reconocido, además, el valor de cada cultura y grupo humano. Esto, según el multiculturalismo, propiciaría una convivencia pacífica entre las diversas culturas, la desaparición de las discriminaciones basadas en diferencias culturales, racismo y otras formas de discriminación, lo que permitiría la construcción de un estado inclusivo e igualitario.
Desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1996, el Estado de Guatemala, a través de sus diversos ministerios, especialmente el Ministerio de Educación, ha implementado una política multiculturalista, desde la cual se pretende comprender la composición multiétnica y multicultural de la sociedad guatemalteca, a su vez que, fomentar las identidades de las diversas culturas del país, y su fortalecimiento, al promover una educación de corte multicultural en los diversos idiomas del país.
Se han llevado a cabo diversos estudios sobre la eficiencia de la educación multicultural en Guatemala. Entre ellos, recientemente el equipo de imaginarios Sociales de la Avancso, desarrolló una investigación sobre la percepción del discurso del mejoramiento racial en estudiantes de magisterio. A partir de dicha investigación se puede determinar que a pesar de los esfuerzos del multiculturalismo es frecuente escuchar expresiones racistas en los establecimientos educativos. Además, el grupo de estudiantes en mención reconoció características atribuidas a la blancura, la inteligencia, civilización, belleza, etc.; como importantes para la búsqueda de parejas apropiadas o deseables para enlaces matrimoniales. Esto demuestra que la idea del mejoramiento racial prevalece tanto en centros educativos como en prácticas de los jóvenes.
A partir de estos estudios podemos afirmar que: el multiculturalismo reduce la problemática de la discriminación racial, al suponer que es suficiente la conciencia del valor igualitario de todas las culturas para erradicar el racismo. Parece también simplificar el racismo a un acto concreto de discriminación, en donde existe un discriminador y un discriminado, lo que, sí permite tipificar el racismo como un delito, pero ignora toda la complejidad de un problema que, no solo es sistemático, sino que es la base aun de muchas de las relaciones sociales en Guatemala. Ante esto, es necesaria la revisión de los procesos históricos que conformaron el país, basados en ideas racistas y machistas que han provocado la segregación, desigualdad y opresión con la que aún se vive en Guatemala, para intentar tener una comprensión más amplia de estos problemas, necesaria para la lucha antirracista y antimachista.
[1] DRAE
[2]Constitución Política de la República de Guatemala (s.f.). Tribunal Supremo Electoral. Recuperado el 10 de junio de 2012 de http://www.tse.org.gt/descargas/Constitucion_Politica_de_la_Republica_de_Guatemala.pdf
[3] DRAE
[4] Cultura imperial, cultura ilustrada y liberación de la cultura popular. Dussel, Enrique. 1973.
[5]Velkley, Richard (2002). «The Tension in the Beautiful: On Culture and Civilization in Rousseau and German Philosophy». Beingafter Rousseau: Philosophy and Culture in Question. The University of Chicago Press. pp. 11
[6] Recordemos la utilización de la palabra “naturales” a los pueblos originarios de América, uso que fue común en Guatemala.
[7] Martin Heidegger, filósofo alemán del siglo XX, en una de sus últimas entrevistas expreso que solo era posible pensar en griego o en alemán, haciendo referencia a las formas de la tradición del pensamiento europeo en su origen clásico, y a una supuesta idoneidad de la estructura del idioma alemán, presentado como autentico heredero de la tradición del pensamiento griego.
A pesar de la corrección política que se hizo operar con las políticas impulsadas desde el multiculturalismo, la jerarquización racial de la estructura del Estado se mantuvo. Es decir, los medios de comunicación y las escuelas siguieron un protocolo del lenguaje (dejar de decir «indio»),sin embargo las poblaciones más afectadas por la violencia estatal (falta de educación, explotación, violencia sexual, acceso a la justicia) continúan siendo mayoritariamente indígenas. La precariedad ha sido, y aun es, deliberadamente asignada a quienes son considerados racialmente inferiores.
El concepto “raza” fue construido bajo la idea de superioridad de españoles respecto a indígenas-mayas, factor determinante para crear exclusiones y desigualdad entre estos. Surgió la imagen del “indio” como categoría peyorativa, sinónimo de retraso, ruralidad, servilismo y fealdad. A esto se suma que la mayor parte de la población en la actualidad conserva rasgos culturales y raciales indígenas de procedencia maya. La desigualdad que los colonizadores españoles promovieron desde su llegada ha creado una brecha profunda entre grupos socioeconómicamente poderosos y grupos que viven en pobreza y pobreza extrema.
La estadística nos habla de lo que pensamos:
El estudio Sexo y Raza realizado en el 2012 por AVANCSO a través de una encuesta a estudiantes de magisterio evidencia los siguientes hallazgos:
El índice debe interpretarse de la siguiente manera: mientras más se acerque a 0, las personas encuestadas tienden a evaluar positivamente a aquellos que se les asigna una categoría identitaria. Entre más se acerque a 1, la percepción es negativa:
Al comparar los tres departamentos del estudio, se encontró que no había diferencias entre ellos de acuerdo con su percepción sobre los grupos mencionados. Es decir, las percepciones sobre los blancos extranjeros y los indígenas son generalizadas en los tres departamentos.
También se encontró que, aunque la percepción negativa sobre los indígenas es alta, lo es más entre las mujeres que en los hombres.
La siguiente gráfica lo evidencia. La media (línea que parte en dos la caja) es más alta en las mujeres que en los hombres, acerca de la de percepción negativa sobre el indígena.
A continuación, se presentan dos gráficas que ofrecen información sobre las percepciones:
Percepción sobre el blanco extranjero
Sobre la diferencia entre la autoidentificación y las magnitudes de la percepción sobre el blanco extranjero, podemos concluir que existe una diferencia entre como lo percibe el indígena y el mestizo, entre el mestizo y el negro, entre el blanco guatemalteco y el negro, entre el negro y el mestizo, y entre el negro y el ladino.
Sin embargo, la media de la percepción sobre el blanco extranjero es relativamente positiva. Todas las medias de los grupos autoidentificados se mantienen dentro del rango de 0 a 0.5, lo que indica que existe una preponderancia de la percepción positiva de los blancos extranjeros. La más baja es la percepción denotada por los autoidentificados como negros, los cuales se mantienen en magnitudes medias sobre el blanco extranjero.
Percepción sobre el indígena
La percepción sobre el indígena se ve afectada también por la autoidentificación de los encuestados. A diferencia de la percepción sobre el blanco extranjero, la percepción sobre el indígena es significativamente opuesta. La media de los encuestados, según su grupo de autoidentificación, se encuentra situada entre las magnitudes medias y las magnitudes negativas, son los autoidentificados como indígenas los que mantienen una media a los valores neutros de su magnitud de percepción sobre los indígenas. Aquellos autoidentificados como mestizos, blancos guatemaltecos y negros mantienen una magnitud similar entre sí, y la mantienen cerca a la magnitud negativa. Son los autoidentificados como blancos extranjeros los que mantienen una magnitud negativa total en la percepción sobre el indígena.
El estudio muestra que los blancos extranjeros son considerados “más civilizados” y asociados con la “inteligencia”, “progreso” y “desarrollo”, por lo que deben ser ellos a quienes les corresponden las tareas de jefes, líderes. También se encontró que este ordenamiento se hace sobre la creencia de que existen atributos de cada “raza”. Por el contrario, a los indígenas se les suele considerar torpes “por naturaleza”, necios, sucios, ignorantes y atrasados, por lo que les corresponden las tareas de servidumbre, agricultura y ventas en los mercados.
Para entender cómo se originan esas creencias, se necesita comprender la invasión de América. En este momento histórico nace la idea de “raza”, la cual desempeñó un papel fundamental para que los conquistadores europeos pudieran separarse de las poblaciones originarias a quienes se les negó el estatuto de seres humanos y, a partir de esto, justificar la explotación y el despojo de sus bienes, cultura, sexualidad, saberes y forma de vivir.
En 500 años, el sistema social y político ha evolucionado, pero el modelo de relaciones sociales basadas en la creencia de la “raza” apenas se ha visto alterado y se ha seguido reproduciendo a través de varias instituciones como la iglesia, la escuela, el gobierno y la familia.
Debido a estas categorías se han impuesto patrones de belleza y de conducta sobre cómo nos vemos a nosotrxs mismxs e, incluso, qué deseamos y cómo nos relacionamos con los demás. Se nos ha hecho creer que ser bello es tener piel, cabellos y ojos claros y que entre más nos parezcamos a ese ideal, seremos superiores, ya que la blancura también implica rasgos de civilización y desarrollo.
Además, analiza estos datos:
Guatemala es un país extremadamente desigual, en donde miles de personas viven en condiciones de precariedad y exclusión. El porcentaje de pobreza extrema, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, es de 13.3% y de pobreza en general es de 53.7%, afecta mayoritariamente a las mujeres y la población indígena. Una realidad construida históricamente sobre la valoración desigual de las personas en función de las categorías raza y sexo, constitutivas de profundas exclusiones.