¡Desnaturalizar y desaprender!
En la sesión en la escuela nos contaron que estarán utilizando el libro La calle donde quiero ser libre para abordar algunos temas importantes con nuestros hijxs. Entonces, me tomé el tiempo de leer y esto encontré esta página, revísala: ¿Violencia normal?
Entonces, me di cuenta de que la violencia no es normal y de que seguramente hay muchas formas de violencia de las cuales yo ni me he dado cuenta. Por eso es por lo que me preocupa que mis hijas la vivan.
Investigué más y esto encontré:
Según Judith Butler la violencia no solo es estratégica o táctica, sino que forma al sujeto y se convierte en sus posibilidades constitutivas (2010: 228). Por lo que se infiere que violencia no es solo la que se ejerce física, psicológica o emocionalmente sino también es constitutiva de la subjetividad.
Observa este cortometraje que se llama “El orden de las cosas” y mientras lo ves piensa: ¿Cómo la violencia se vuelve parte de lo que los sujetos son?
«(…) estamos formados por la violencia, al menos parcialmente. Se nos dan géneros y categorías sociales en contra de nuestra voluntad, y estas categorías confieren inteligibilidad o reconocibilidad, lo que significa que también comunican cuales podrían ser los riesgos sociales de la ininteligibilidad, o de la inteligibilidad parcial». (Butler, 2010)[1]
Con esta cita nos referimos a que las formas en las que imposición de ciertas categorías o identidades con que adquiere sentido nuestra subjetividad son modos, en sí mismas, de violencia. A partir de estas categorías asignadas se nos ubica en un lugar del espectro social. De este lugar depende nuestro reconocimiento como vidas plenas o vidas despojables. Un ejemplo podrían ser las personas indígenas que han sido sistemáticamente sometidas a condiciones precarias por habitar un cuerpo indígena que no goza la misma legibilidad que un cuerpo blanco. O las mujeres trans cuya esperanza de vida no supera los 35 años precisamente porque lo trans es legible únicamente como patología o desviación.
Veamos la experiencia de tres personas y reflexiona sobre la idea que se puso antes:
[1] Butler, J. (2010). Marcos de guerra. Las vidas lloradas. Paidós: México D.F
Si el género es entendido como una sedimentación normativa de lo masculino y lo femenino entonces el género es violencia. No existe violencia de género, el género mismo es violencia, afirma Paul Preciado.
El cortometraje «El orden de las cosas», se afirma “contra la violencia de género”, pero si te das cuenta todos los roles que se le asignaron a cada personaje al asignarles un género, los condenó a reproducir estas formas de violencia. Entonces, la violencia es que te pongan ese género, porque el género viene acompañado de todos esos roles y estándares a seguir que en sí mismos garantizan que haya relaciones desiguales de poder, entonces se te violenta desde el momento en que se te condena a ejercer la violencia.