PLATAFORMA VIRTUAL PARA ABORDAR EL RACISMO Y LA SEXUALIDAD EN GUATEMALA EN TIEMPOS DE COVID-19
¿A QUE NO SABÍAS?
https://avancso.org.gt/violencias/
Área de Estudios sobre Imaginarios Sociales
AVANCSO
¿A que no sabías? es una plataforma virtual que aborda la interrelación de las violencias reproducidas por la superioridad racial y sexual en Guatemala: racismo y machismo. Contiene diversos y conectados módulos que contribuyen a la comprensión de dicha articulación. Propone formas de interrumpir tales violencias para buscar rutas de transformación social. En principio, esta plataforma fue elaborada para el uso de profesores, profesoras, formadores y formadoras de estudiantes de educación media en sus aulas y/o comunidades educativas. Sin embargo, tal uso no está restringido para ellxs. Esta herramienta tiene la virtud de ser utilizada para una formación autodidacta. Su propia metodología de “cuenta-relatos” (storytelling) permite al o a la usuaria seguir la articulación de las violencias raciales y sexuales sin necesidad de formadoras o formadores.
En esta coyuntura sanitaria del COVID-19, todxs sabemos que el virus no discrimina a nadie. Es decir, a todas las personas nos utiliza potencialmente como anfitrionas y, por lo tanto, portadoras y vehículos del mismo. Sin embargo, las relaciones sociales jerarquizadas racial y sexualmente sí que discriminan. ¿Cuáles son las vidas dignas de cuidado y de duelo en este tiempo-espacio pandémico? La propagación del virus y la atención a sus posibles portadores son vivenciadas desigualmente. Las mujeres, lxs indígenas y afrodescendientes son quienes están más expuestxs a esta producción desigual de las condiciones de vida, de enfermedad y de muerte. Pero no solamente están expuestxs a esta desigualdad sino también están encarnando, cada vez más, violencias particulares por el único “hecho” de ser mujeres, indígenas y afrodescendientes. Muchas mujeres y niñas están siendo violentadas terriblemente al estar encerradas con sus agresores. Del mismo modo, muchas personas racializadas están expuestas a condiciones tremendamente precarizadas por el racismo histórico-estructural.
AVANCSO, a través del Área de Estudios sobre Imaginarios Sociales, propone esta herramienta para una comprensión de estas violencias y, al mismo tiempo, abre la posibilidad a que éstas sean registradas en la misma plataforma. Ésta permite a lxs usuarixs dejar testimonios o experiencias de las violencias que encarnan, de manera anónima. Es decir, su identidad no se verá comprometida en ningún momento. Esperamos que esta propuesta sea de utilidad para contribuir a comprender, desarticular y denunciar las múltiples violencias que se generan día a día en esta emergencia sanitaria.
CÁPSULAS PARA ORIENTAR EL USO DE LA PLATAFORMA VIRTUAL ¿A QUE NO SABÍAS? EN ÉPOCA DE PANDEMIA
Ofrecemos a continuación breves textos para relacionar el contenido de cada uno de los capítulos de ¿A que no sabías? sobre las violencias racistas y machistas, con las experiencias de la nueva cotidianeidad impuesta por la lucha contra el COVID-19.
SEXO-RAZA
Este módulo se enfoca a mostrar el estrecho vínculo existente entre estas dos categorías: sexo y raza. Es decir, persigue dar cuenta de la racialización del sexo y/o la sexualización de la raza. Esta relación circular pareciera ser producto del deseo por la blancura. Ésta última, en tal gestión, se convierte en un ideal regulador de las formas en las que se relaciona, se vive, se enferma y se muere en un país como Guatemala. “Mejorar la raza” ha sido un imaginario común y que tiene una función social en la reproducción de las relaciones sociales y en la generación de desigualdades, exclusiones y despojos
Esta articulación sexo-raza puede contribuir a comprender las violencias que se generan, sobre todo, en esta crisis epidemiológica. La experiencia del contagio, de la enfermedad, del encierro, del distanciamiento físico-no-social se diagrama de manera desigual. Esta vivencia depende de cómo ha sido diseñada jerárquicamente una sociedad cuya construcción se produjo mediante la inferiorización de cuerpos racializados y generizados.
Ojalá este módulo permita detectar las violencias que genera este dispositivo sexo-raza en la experiencia del contagio y la propagación, de la salud y la enfermedad, de la vida y de la muerte.
ORDEN COLONIAL
El orden colonial estructura las formas de vida posibles mediante jerarquías de clase, de raza, de sexo-género y sexualidad. A este orden particular, María Lugones lo denominó “sistema moderno-colonial de género”. En tanto que sistema de sometimiento, el orden colonial se actualiza para hacer posibles y legítimas las violencias ejercidas en contra de comunidades racializadas, mujeres, sujetxs empobrecidxs y disidentes del sistema sexo-género.
Es este orden-mundo el que sirve de fondo a la actual crisis sanitaria ocasionada por el COVID 19. Es dentro de las normas de la colonialidad que los Estados se enfrentan a esta pandemia. De tal cuenta, sus efectos empiezan a encarnarse en las vidas que el capitalismo no contabiliza como enteramente humanas. La racionalidad neoliberal avorazante parece privilegiar el cuidado de la economía antes que el cuidado de las vidas.
Si bien el lema “juntos saldremos adelante” ha sido repetido hasta el cansancio en cadena nacional, cabe preguntarse, ¿quién es ese “nosotros” que se invoca en los slogans del gobierno? ¿Quiénes son lxs convocadxs cuando la élite empresarial enuncia “en esto estamos todos”? Mujeres, pueblos originarios y disidentes sexuales parecen estar lejos de políticas reales de cuidado. La ferocidad de la lógica colonial nos conduce hacia escenarios en los que la precariedad de sujetxs abyectos se maximiza para prolongar un régimen de poder colonial/capitalista.
RAZA
El módulo que sigue tiene la intención de problematizar la categoría de la raza y sus implicaciones en las relaciones sociales, en las luchas por una sociedad antirracista y en la experiencia de vivir y morir en sociedades, de “herencia” colonial, como la guatemalteca. Pretende cuestionar la neutralización y despolitización de las luchas antirracistas en el discurso y la práctica del multiculturalismo liberal.
El racismo es un dispositivo histórico-estructural que ha sido utilizado para la inferiorización de lxs habitantes de los pueblos originarios y afrodescendientes. La inferiorización y el destierro de la “Humanidad” de estos pueblos ha sido un instrumento para la extracción de la fuerza de trabajo, el abaratamiento de la misma y la extracción multiespecie de los territorios. También ha sido un mecanismo útil para la producción de la precariedad y el empobrecimiento de estos pueblos exacerbando la vulnerabilidad de los mismos. Esto último es notorio en esta emergencia sanitaria, pues las poblaciones indígenas y afrodescendientes son las más expuestas a la infección por la distribución desigual del agua, la alimentación, la vivienda.
Esperamos que este módulo dé cuenta de todas las violencias desencadenadas por la superioridad racial en estos tiempos del COVID-19.
SEXO
La historia del género está fuertemente vinculada al dispositivo médico y a un paradigma científico que divide los cuerpos en dos sexos. Tomando como punto de partida las funciones reproductivas, el “buen” sexo consiste en un aparato genital legible dentro de la gramática binaria de la ciencia. Asimismo, en un comportamiento sexual coherente, es decir, heterosexual. La normas médicas, jurídicas y religiosas se convierten en policías vigilantes de la diferencia sexual y de la correcta alineación entre sexo, género y sexualidad. Esto como resultado de una visión biologicista sobre los cuerpos. Al sexo asignado al nacer le corresponderán roles determinados y un modo de sexualidad considerado “normal”.
La bicategorización del sexo representa un obstáculo para la comprensión científica del “sexo” como proceso complejo de sexuación que no se reduce únicamente a las categorías de “masculino” y “femenino”. Esta moral del sexo constituye a su vez un aparato represivo contra los cuerpos disidentes. Aquellos que no cumplen las funciones naturales de su “sexo” y cuya sexualidad no responde al mandato de la reproducción.
Las desigualdades sociales, económicas y culturales que se desprenden de esta rigidez taxonómica se agudizan con la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19. Al igual que para los cuerpos feminizados, lo cuerpos disidentes del sistema sexo-género encuentran en el núcleo familiar el primer foco de violencia. Al establecer medidas de confinamiento, mujeres, disidentes sexuales y personas trans se encuentran altamente expuestos a ser blanco de de agresiones dentro de sus hogares. El espacio idealizado de la familia es, para algunxs, una extensión de la violencia estatal normalizada.
GÉNERO
Cuando se habla de género nos referimos a normas sobre relaciones, identificaciones, deseos, intereses, maneras de hablar y de vestir que internalizamos para acatar las normas del “sexo” que se nos asigna al nacer. En 1955, John Money y un equipo médico, a cargo de tratar bebés intersexuales, introduce la categoría “género” para establecer que el sexo biológico no determina la identidad sexual de lxsindividuxs. Esto para poder intervenir quirúrgicamente los cuerpos intersexuales leídos como “anormales”. La introducción del “género” a las ciencias sociales responde a una política: presentar los rasgos de género como simbólicos mientras el sexo anatómico tiene el papel de verdad incuestionable. La desnaturalización del género implicó la materialización del sexo como universal binario y al mismo tiempo terminó por sedimentar diferencias culturales entre hombre y mujeres.
Estas normas sitúan los cuerpos en lugares asimétricos en el espectro de lo social. Los cuerpos feminizados son leídos como socialmente inferiores y violentables. Se les asignan tareas de cuidado no remuneradas, son víctimas de violencia sexual, acoso sexual y violencia doméstica. De tal cuenta, las medidas tomadas desde el gobierno central colocan a las mujeres en lugares de mayor vulnerabilidad. Muchas de ellas viven el encierro con sus agresores. El impacto en la economía informal, la suspensión y terminación de contratos por parte de algunas empresas acrecienta la brecha económica entre hombres y mujeres, además de las formas concretas de acoso laboral que viven las mujeres.
SEXO-POLÍTICA
El objetivo de este módulo es dar cuenta de la política sobre o del sexo. Es decir, se problematiza el lugar que toma o se le otorga al sexo y, por consiguiente, a la sexualidad en el gobierno de las poblaciones. La familia, las alianzas matrimoniales, las sexualidades normativas… son revisadas para comprender la gestión del sexo por parte del Estado y de la Iglesia.
En esta coyuntura epidemiológica podría ser interesante este módulo para problematizar la idea de familia, hogar, parentesco, sexualidad y sus implicaciones en la experiencia del contagio, del confinamiento, de la enfermedad y de la muerte.
Esperamos que este módulo contribuya a replantear las ideas que tenemos sobre el hogar, la familia y el parentesco.
VIOLENCIA
A través de este módulo se pretende argumentar que la violencia pareciera ser una práctica que modula nuestra forma de ser, de vivir y morir sobre la Tierra. Es decir, la violencia podría estar constituyendo, al menos parcialmente, lo que somos, parafraseando a Judith Butler. La asignación racial, sexual y de género proviene de normas estandarizantes, por lo que violentamente las encarnamos y violentamente exigimos de los demás que las incorporen. De lo contrario, dejamos de ser aceptamos o dejamos de aceptar a quienes incumplen los mandatos raciales, sexuales y de género.
La experiencia del COVID-19 patentiza las formas desiguales de la enfermedad y del cuidado. Esta coyuntura exige una dependencia responsable entre todxs. Sin embargo, tal interdependencia se vive desigualmente debido al lugar asignado a cada cuerpo.
Las violencias simbólicas y reales que se generan en esta experiencia son abruptas. Esperamos podamos nombrarlas y desactivarlas para generar relaciones interdependientes horizontales y libres de violencia.
Clic sobre la imágen para descargar el archivo de indicaciones
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